La violencia en los estadios es un fenómeno recurrente y hechos de esta naturaleza se registraron en la final de la Supercopa entre Colo Colo y Universidad Católica hace algunas semanas.
La ley señala que identificar para sancionar a quienes incurren en este tipo de conductas es un deber de quienes organizan los eventos deportivos, pero aunque en el caso de la final de la Supercopa se aplicaron 18 derechos de admisión por parte de Estadio Seguro, los clubes y la ANFP aún siguen en el proceso de identificación.
Los expertos coinciden en que se requiere mayor voluntad de los clubes para sancionar y también para invertir en tecnología.
Fenómeno transversal en sociedad
El general (r) de Carabineros Aldo Vidal, por ejemplo, dice sobre el origen de la violencia que se trata de ‘un reflejo de lo que hoy se vive en determinados sectores de la sociedad y que se traslada también a los estadios’.
Respecto de los castigos, a su juicio, ‘el número de hinchas sancionados con prohibición de ingreso es muy bajo, porque no hay verdadera voluntad de los clubes por aplicar la prohibición de ingreso. Falta invertir en tecnología; aún no hay registro de hinchas, la venta de entradas en muchos estadios no está asociada a una ubicación’.
Para el exdiputado Jorge Burgos, también exministro del Interior, el tema se debe abordar desde la responsabilidad de cada actor, y también relaciona el fenómeno a lo que sucede transversalmente en la sociedad. ‘El deterioro de la convivencia en el fútbol, el ingreso impune de hinchas a la cancha, los enfrentamientos de hinchadas, la destrucción de los recintos son una cara más del profundo deterioro de la vigencia del orden público que vive el país en los últimos dos años; el fútbol no es ajeno a ello’.
Para la exautoridad, ‘pretender que la solución pasa por la ANFP es un absurdo, puede ser con ellos, pero no solo con ellos. Si la autoridad política, policial, persecutoria y judicial no asumen una estrategia de prevención y punición, estamos en el horno’.
Con voluntad o sin ella
Consultado por una falta de voluntad de los clubes para perseguir y castigar, señala que ‘el tema hay que enfrentarlo ojalá con la voluntad de los dueños y organizadores del espectáculo. Pero si esa voluntad no ocurre, el tema debe enfrentarse igual’.
Por su parte, el abogado experto en litigios relacionados al deporte, Gonzalo Cisternas, sostiene que ‘si bien se trata de un derecho, es también una obligación del club organizador el evitar el acceso de quienes amenacen la seguridad de las personas, bienes públicos y privados’.
Cisternas dice que esto se trata del ‘deber de los asistentes a un espectáculo deportivo de respetar las condiciones de ingreso, permanencia y seguridad que imponen la ley, la autoridad y el organizador’. Por ello, subraya, se requiere invertir en tecnología: ‘Es esencial la acreditación de la identidad de dichas personas y determinación de los actos que permiten dicha sanción; mantener un buen sistema de ventas de entradas, accesos dignos y expeditos; segregación de barras; mantener un adecuado sistema de videoprotección y guardias’. Y afirma que si bien ‘la industria ha ido aprendiendo y mejorando sus acciones, ello debe ser permanente, pues las conductas proscritas siempre encuentran formas más sofisticadas de ocurrencia, imponiendo ello un nuevo desafío a los clubes’.